Escucha la sed
Que te viene persiguiendo escaleras abajo.
La noche está extraña,
Es un vestido verde
Que mil cuerpos se pusieron antes.
Unos ojos rojos
Y doscientos clínex después
Para saltar a veces en las aceras
Para recomponer tu forma azul
Que un día resbaló por el chubasquero.
Callan los charcos
Y las manos son insuficientes en los bolsillos.
Insuficientes.
No existe mañana.
La palabra es esa fiesta silenciosa
Y comedida
Hasta que unos labios la dilatan.
El mar grita de fondo,
Enérgico,
Encendido
Borracho en obviedades.
La noche está extraña
Es un vestido verde
Que mil cuerpos se pusieron antes.
La sed es un laberinto
Donde las libélulas no necesitan ojos
Para comerse el sentido.
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