lunes, 26 de septiembre de 2011

Tanto Regalo

Qué es lo que me ha quedado cuando las luces de esta ciudad sin remedio taciturna

Se apagan cuando vuelvo sola a casa.

A casa y sola. En una casa que nunca está vacía aunque siempre lo deseo. Una casa que hoy

está en silencio y con las camas vacías.

Mi cama vacía. Vacío el sueño que no tengo, que se escapó de los dedos con la lluvia

del invierno en primavera.

Al torcer la llave se me llenan otra vez las venas de peces, de frío descuidado

de muñecas para dentro. De velas que se consumen esperando tu cena.



Qué parte se queda de todas las tablas que soportaron nuestro peso,

De todos los libros que compramos al esperarnos entre autobuses con sueño,

De las palabras que escuchamos al sonarnos los ojos para seguir dados de la mano.



Me pregunto cuántos días de ausencia entre tus sábanas

Te devolverán un olor distinto, cuánto color pistacho tendrá que pegársete en la espalda

Para borrar el sonido de mi ropa al deslizarse para tocar el suelo.



Qué queda de las luces fundidas cuando toco a oscuras la pared,

Del secreto de la última balda del armario a la izquierda por si pasaba algo,



De mí,


que queda de mí,


después de regalarme tanto.

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